Ascendiendo el camino

Sigo ascendiendo: desde el pozo más oscuro de mi carrera deportiva escribo estas líneas. Veo la luz. Tumbado en la cama de un hospital, no siento de cintura para abajo. Me dicen que todo ha salido bien, tengo que ser paciente y tomármelo con calma.

View this post on Instagram

Buena parte de "mi otra familia" Gracias amigos!

A post shared by Roberto Alaiz (@roberalaiz) on

Cuarenta y cinco días han pasado desde que me levante de esa cama. El pasado jueves tuve la tercera revisión en la que el doctor Capapé me dijo que podía andar sin muletas. Podría decir que ha sido un tiempo duro, en el que no he salido de casa, he visto como me frustraba por la desesperacion o como el desánimo me ganaban la mente, pero no es así: ha sido mucho más fácil de lo que creía.

Lo primero ha sido un gran alivio pasar por el quirófano sabía que cuando el proceso de recuperación acabara volvería a correr sin dolores. El cuarto día después de la operación he visto en directo como mi amigo Sebas Martos se proclamaba Campeón de España de 3000 obstáculos en Gijón, como muchos de mis mejores amigos se partian la cara en la pista por alcanzar sus sueños. Y como los que no podíamos estar con el dorsal en el pecho nos dejábamos la piel cual Hooligans.

He tenido la mente ocupada en mi mundo, y a pesar de visualizar tantas veces estar en los Juegos Olímpicos de Río, la sensación que tenía no era de rabia sino de ambición. Me repetía una y otra vez: los siguientes serán los míos.

He viajado mucho. Los amigos e Iris me han ayudado y me han transportado en una silla de ruedas a Gijon, Navia, Oviedo,Huelma,Aranda de Duero, Aviles, e Ibiza. Ya llevo 10 días haciendo bicicleta estática y nadando. Dos semanas en la Clínica Fisiorama con Carlos Justel, que está haciendo que cada día mi pie se sienta más vivo de nuevo. Camino, sin muletas, lento pero con confianza.

Esto no ha truncado para nada mi felicidad, sigo sabiendo que soy un afortunado. Me hacéis ser muy afortunado.

Deja un comentario