Hoy es siempre todavía.

Hoy es siempre todavía

Toda la vida es ahora.

Y ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos

Porque ayer no lo hicimos

Porque mañana es tarde.

 

Diario de León. Diciembre 2017

 

 

Voy a hablar del plano tangible, el medible y que puedo cuantificar.

Vuelvo a correr, vuelvo a «correr rápido» todo lo que pueden mis piernas después de casi dos años sin hacerlo.

Dos roturas del tendón de Aquiles, con sus dos cirugías correspondientes. Un periodo de recuperación largo, el cuál  intenté acortar, alimentado por el ansia de retomar algo que se me había arrebatado; aún oponiéndome con toda mi fuerza y la de muchos aliados. Se truncó un sueño, algo que no recuperaré jamás. Pero que tengo la suerte de poder hacer una inversión a largo plazo y presentar mi candidatura para estar el 24 de Julio de 2020  en Tokio, Japón. Ahora viajo con ese sello tatuado en mi pierna derecha, con los círculos aún sin rematar. Para que el día que lo consiga pueda cerrar algo por lo que llevo tanto tiempo trabajando.

Me considero una persona que vive en el más absoluto presente, (siempre recordando el pasado más potente y no prestando mucha atención al futuro) por lo que ahora mismo os diré que no ha sido tan dura esta travesía, de hecho creo que he tenido más buenos que malos momentos.

Quizás sea porque hoy he podido correr sin ningún dolor, (exceptuando el de las agujetas propias de una pre-temporada). Puede que haya tenido que ver las  muchas estrellas polares que me habéis guiado hasta estar donde estoy hoy. Es posible que sea gracias a que con este break haya aprendido un poco más de quién soy realmente. De lo que quiero y de cómo mi vida ha ido cambiando, conociendo lugares, personas y viviendo experiencias muy intensas.

Vida salvaje en el Himalaya Julio 2016

 

Sea lo que fuere he seguido y casi siempre con éxito  «mi búsqueda de la felicidad». Sin dejar de lado el trabajo que sabía que tenía que realizar si quería que este placer no fuera efímero y se prolongara a lo largo del tiempo. Buscaba correr, pero no con esa ansia loca que tuve en los primeros compases de la lesión. Comprendí que todo tiene un proceso, y aunque no esté de acuerdo con las leyes de la biología acerca de la recuperación de tendones. Llega un momento que no puedo hacer nada más. Supongo que estaba escrito en algún sitio que esto tenía que ser así. Supongo que  si hubiera sido más fácil, me habría saltado muchos capítulos de los que he podido disfrutar y aprender en estos más de 700 días.

Enero 2018. Vía libre. Pic: Sergio Mateo

Poco a poco vuelvo entrar  en la burbuja de la vida de atleta de élite. Fin de las vacaciones, vuelven los días de dolor de piernas por las mañanas. De quedarme sin pila y dormirme en cualquier puto lado, de emociones indescriptibles y de mucha presión.

Se acercan los días de estío con tartán rojo y  Victory’s en mis pies girando a 60″ la vuelta. Volverán Los caminos infinitos rodeado de mis amigos, jadeando en busca del horizonte inalcanzable.

Run Fast & Be Happy.

Volverán y volveré con ellos.

 

 

 

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